Capricho num.61 - Volaverunt
Francisco de Goya y Lucientes
Aguafuerte, aguatinta, punta seca y buril
1799
220 x 153 mm.
El grupo de brujas que sirve de peana a la petimetra, más que necesidad es adorno. Hay cabezas tan llenas de gas inflamable, que no necesitan para volar ni globo ni brujas.
Tres toreros levantan de cascos a la duquesa de Alba, que pierde al fin la chaveta por su veleidad.
La bella, con cabeza de mujer mariposa, se fue, como en un vuelo, del mismo modo que las brujas. Primeramente, escribió: “La hacen volar”. La Mala Fortuna priva al Hombre del Amor, se lo arrebata. ¿Perdió Goya a la Duquesa?Brujas primerizas que, ante el Macho Cabrío, han dejado sus ruecas, el cántaro de las pócimas la calavera y los gatos para iniciarse en el vuelo hacia el Akelarre. Goya conoció, por Moratín, los detalles inverosímiles y absurdos atribuidos a las brujas de Zugarramurdi, condenadas por la Inquisición en 1610.
Los caprichos, Colección de 80 aguafuertes de Goya (1792-1799), la primera edición de los Caprichos, la de mayor valor estético e histórico por ser la única estampada bajo la supervisión directa del artista en 1799. Sátira contra la ignorancia y la superstición de la sociedad de su época, representan escenas fantásticas y visiones de trasfondo de pecados e injusticias, con una técnica violenta y audaz.